martes, 17 de marzo de 2009

Jaime Gil de Biedma, «Retrato del artista en 1956»

Leyendo el maravilloso dietario de Gil de Biedma, encuentro una disparatada y plausible historia y exégesis del cubismo:
  1. Picasso vuelve de vacaciones y trae consigo unos cuadros muy buenos, distintos de todo lo que había hecho hasta entonces. Su amigo Braque pinta también unos cuadros excelentes, en la misma manera.
  2. Alguien tiene ocasión de contemplarlos, queda chocado y prorrumpe en una metáfora: ¡Esto es cubismo!
  3. Picasso y Braque insisten en esa manera y siguen produciendo cuadros excelentes. La metáfora se convierte en noción estética a la que se adscribe la pintura de ambos pintores y la de otros que empiezan a imitarlos.
  4. La metáfora empieza a segregar locuciones metafóricas de segundo grado, que sirven para describir, apreciar y comprender la pintura cubista, que es exacta, abstracta y geométrica.
  5. Los críticos investigan el pasado, y cuanto encuentran en él, si puede soportar los mismos adjetivos, queda clasificado como antecedente. La historia de la pintura, desde Piero della Francesca y Uccello hasta Cézanne, se puebla de Bautistas.
  6. El proceso de literalización de la metáfora llega a su conclusión inevitable: el cubismo es geometría.
  7. Picasso y Braque se cansan de pintar así y empiezan a pintar de otro modo. Juan Gris sigue.
  8. Muere Juan Gris. Termina el cubismo. Todo el mundo tiene ya cuarenta años. Empieza la nostalgia.
Siguen otros ocho puntos, pero los podéis leer directamente en: Jaime Gil de Biedma, Retrato del artista en 1956, Barcelona, Península, 2006 (p. 180-181), con el que Península celebra el cincuentenario de la escritura de este preciosa y deshonesta visión moral de la época.
La edición la acompañan un prólogo de José María Castellet y una carta de Gabriel Ferrater a modo de apéndice.
Queda como deuda alguna que otra errata y omisión, y especialmente el arbitrario y sorprendente sentido de la maquetación del texto y esos ominosos marcos negros de las fotos.

[Por cierto, cómo me gusta: Todo el mundo tiene ya cuarenta años. Empieza la nostalgia.]

3 comentarios:

mardigan dijo...

Ole, qué bonito... pero dices "preciosa y deshonesta visión moral", y estoy de acuerdo, aunque por otro lado también me parece muy, pero que muy honesta. Ju ju
(Algunos no tienen ni treinta y ya están nosálgicos!)

Un beso dominguero-trabajador!!!

cristilula dijo...

Cierto. Aunque yo quizá empecé a "nostalgiarme" un poco antes de los cuarenta.

Nacho MG dijo...

Me encanta el verbo nostalgiarme que oigo por primera vez, Cristina.
Por cierto, menudo encuentro en los comentarios: Marta, te presento a Cristina; Cristina, mi hermana pequeña Marta.
Besos a las dos