martes, 5 de octubre de 2010

Georges Duhamel, «Diario de Salavin»

Ayer encontré en la librería Arrebato el Diario de Salavin de Georges Duhamel. Gran sorpresa, no iba en su búsqueda. No os cuento mucho porque lo cuenta mejor Ignacio Echevarría en Letras Libres.

La edición es la de José Janés de 1950; la más actual de Losada no la he visto más que en su web. Supongo que están de broma con el diseño de cubierta, que lo mismo vale para el diario de un mal año, de un año bueno o de dos consecutivos. Ah, sí, emplean el título Diario de un aspirante a santo, márketing de la época pensado por un gran visionario: el libro pertenece a la serie de novelas Vie et aventures de Salavin, que incluye cinco títulos sobre el tal: ¿qué hacer si triunfa? ¿Se le cambia el nombre para cuadrar las cuatro restantes en la serie? ¿Se reedita?

El caso es que aquí va el comienzo, a ver si alguien se decide a republicarla en España, y si no la buscáis donde tengáis a buen entender:
Hoy, 7 de enero, aniversario de mi nacimiento, tomo la resolución de transformar totalmente mi vida.

Me llamo Louis Salavin. Tengo cuarenta años. Estoy casado. Mi mujer es la más dulce y afectuosa de las mujeres. Verdaderamente nada puede reprochársele, aparte de algunas pequeñas cosas que estaría fuera de lugar señalar en este momento solemne. Tengo el inapreciable don de poseer aún a mi madre, que es muy vieja. Es una persona admirable, una perfección. La suerte me la ha conservado, me ha hecho este favor, a mí, tan indigno. Escribo esta palabra con pleno conocimiento de causa y con la esperanza de aplicármela por última vez.

Tenía un hijo, un niño. Lo he perdido. Querría poder exclamar como Job: "Dios me lo dio. Dios me lo quitó. ¡Bendito sea el nombre del Señor!". Desgraciadamente, perdí la fe religiosa desde los veinticinco años y debo confesar que la muerte de mi hijo me destrozó. Injusticia irremediable.

Mi carácter es sombrío, por lo que no he tenido muchos amigos; pero dos de ellos merecen mencionarse aquí. El primero, compañero de mi juventud, se llamaba Octave Lanoue. Vive aún y si empleo el imperfecto al hablar de él es para mostrar que, para mí, Lanoue terminó, cesé de quererle; confieso el hecho, no me envanezco por ello en modo alguno. El segundo, Edouard Loisel, fue el amigo de la edad madura. No puedo pensar en él sin que me sangre el corazón. Le hice mucho daño y precisamente a causa de ello le juré un odio impío, del que, en lo secreto de mi alma, abjuro ahora.
Georges Duhamel, Diario de Salavin, Barcelona, José Janés Editor, "Manantial que no cesa", 1950. Trad. de J. F. Rosal. (No es la traducción que utiliza Losada.)

(Ojo al error de la cuarta de cubierta. Por lo visto, se repite en otros libros de la colección.)

martes, 28 de septiembre de 2010

Editores en paro: Jean Dutourd

Un día, [Gaston Gallimard] recibe una petición de entrevista de un escritor de treinta años a quien hace tiempo envió una nota de ánimo después de la aparición de su ensayo Le complexe de César, una frase hecha: «Me ha interesado mucho… Me honraría mucho publicar una de sus próximas obras». Nunca se sabe. El autor publica en Laffont, pero no hay que desconfiar del provenir, es joven, parece prometedor. Tiene un buen recuerdo de él. Así pues, Gaston recibe a Jean Dutourd que le dice:

—Me escribió usted hace cuatro años…

—Efectivamente…

—Pues mire, desde entonces he pasado tres años en Londres en el servicio francés de la BBC, tuve nostalgia del país, volví, me encontré con su nota y… Estoy en el paro, sin un duro: ¿Tendría usted una plaza de limpiador para mí?

Gaston sonríe y pide un tiempo para reflexionar. Veinticuatro horas más tarde, Dutourd recibe una carta proponiéndole el puesto de consejero literario. Permanecerá en él dieciséis años.

Pierre Assouline, Gaston Gallimard. Medio siglo de edición en Francia. Barcelona, Península, 2003.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Vuelta de vacaciones

Primo, che io con mia sorella non sappiamo niente l'uno dell'altro e il ruffiano lo andate a fare voi se ne avete voglia. Secondo, che mia sorella non va coi tedeschi perché tiene coi tedeschi, ma perché è internazionale come la crocerossa e alla maniera che va con loro poi andrà con gl'inglesi, i negri e tutti i sacramenti che verranno dopo.
Italo Calvino, Il sentiero dei nidi di ragno. Milán, 2002, Oscar Mondadori. (p. 11)


Che Gregorio Palmisano e sò soro Caterina erano pirsone chiesastre fin dalla prima gioventù, era cosa cognita in tutto il paìsi. Non si pirdivano 'na funzioni matutina o sirali, 'na santa missa, un vespiro, e certi volte annavano in chiesa macari senza un pirchì, sulo che ne avivano gana. Il liggero profumo di 'ncenso che stagnava nell'aria doppo la missa e l'aduri della cira delle cannile era per i Palmisano meglio del sciauro del ragù per uno che non mangiava da dieci jorni.
Andrea Camilleri, La caccia al tesoro. Palermo, 2010, Sellerio. (p. 9)


miércoles, 21 de abril de 2010

Encuadernación artesanal y ebooks



Hoy Joaquín Rodríguez apunta en sus Futuros del libro los 14 problemas +1 que a su entender todavía tiene que afrontar la edición electrónica. Se agradece leer su blog, donde se separa la paja del grano, donde pasar la página en un ebook en menos de 1 segundo no es un logro sino una constatación del estado de la cuestión, o donde el ipad no se celebra como la reinvención de la imprenta.

Es interesante echar una ojeada a sus continuos post, cuyo índice da clara cuenta del desarrollo lógico y estructurado de una visión nítida sobre la evolución de la edición digital, de las nuevas formas de lectura y creación de contenidos, y es esperanzador leer los comentarios de quienes contribuyen a esclarecer los puntos y perspectivas que el autor plantea.

Sobre el vídeo que ilustra la entrada: no sé por qué, cuando últimamente pienso en la edición electrónica, frecuentemente pienso en esas imágenes. Cortesía de Taller Ditoria.

miércoles, 7 de abril de 2010

Severino Cesari, "Conversaciones con Giulio Einaudi"

En diciembre del año pasado, Trama Editorial publicó Conversaciones con Giulio Einaudi, una conversación entre el fundador de la editorial homónima y Severino Cesari, en la que el editor turinés reflexiona su actividad editorial y su experiencia personal y política al frente de esa gran casa en cuyo consejo discutían apasionadamente los miembros de su consejo editorial (Calvino, Bobbio, los Ginzburg), en quienes Einaudi fundamente el éxito de su aventura.

No he visto el libro de Trama, pero sí tengo desde hace años un ejemplar de la edición original española de Anaya & Mario Muchnik, cuya traducción de Esther Benítez ahora rescata -si no me equivoco mucho- Trama.

Mi discreta admiración por Giulio Einaudi viene de muchas de las ideas y entusiasmos que muestra en este libro (y otros), y al ver la nueva edición, rescato esta idea de paraíso editorial de su conversación:
La última tarea de la edición cultural para los próximos veinte años me parece que es la recuperación de la felicidad. Quizá el mayor defecto de una editorial cultural, donde necesariamente la atmósfera debe ser laboriosa, sí, pero no burocrática, sea la falta de felicidad. Es una impresión mía, acaso sea una impresión errónea, pero entonces, ¿por qué tanta inquietud y tanto descontento?
¿Dónde se ha refugiado aquella felicidad de hacer cosas? ¿En las editoriales pequeñas, entonces, donde se matan a trabajar? Quizás las editoriales de cierta dimensión corren el riesgo de burocratizar el trabajo.
Añado que la tendencia de una empresa que produce cultura a volverse burocrática, a hacer demasiada "literatura empresarial", derrochando tiempo y papel, se conjuga con el riesgo de destruir el bien más precioso, el sentido y la práctica del trabajo colectivo.
[...] Sólo gracias a la participación de todos, autores, redactores, asesores y managers, se logra caracterizar una editorial y construir un público, un lector, el lector que "se fía" de cada libro que haces.
Saca tú tus propias conclusiones. Yo me apunto al entusiasmo y al compromiso, y ya me gustaría estar en un sitio así. Y también me apunto a lo que cuenta de los editores de Seuil: "Entras en un patio, subes una escalera interior, y te encuentras con tres o cuatro jovenzuelos trabajando, discutiendo, actuando como redactores libres, vivos". Pues eso.

Breve nota para una investigación personal: ¿Qué es de Mario Muchnik, el editor que se ocupaba en la página de créditos de que supiéramos en qué tipografía leíamos cada uno de sus libros y conociéramos a los editores de cada título?

Severino Cesari, Conversaciones con Giulio Einaudi, Trama Editorial, "Tipos Móviles", Madrid, 2009.
Giulio Einaudi en diálogo con Severino Cesari, Anaya & Mario Muchnik, "Europeos Sin Fronteras", Madrid, 1993.

viernes, 26 de marzo de 2010

Louise Erdrich, "Plaga de palomas"

He comenzado a leer Plaga de palomas, de Louise Erdrich, que mi librera Rocío de la Modesta Librería (Modesto Lafuente, 31, Madrid) me prestó ayer. Apenas llevo leídas unas páginas pero estoy disfrutándolas.
Me está gustando tanto la traducción (de Susana de la Higuera), que he estado buscando la edición inglesa, a ver si también la puedo conseguir por unos duros, y oh dios, veo el diseño que publicó en su día Harper Collins (realizado por Archie Ferguson) y me quedo horrorizado del diseño que aquí ha publicado Siruela.
Adivina cuál es la cubierta americana, y cuál es la otra. Espero que el libro funcione de maravilla, y a Siruela le dé por cambiar la imagen de archivo de su cubierta por un diseño algo más... un diseño!

Plaga de palomas, Louise Erdrich, Siruela, Siruela Nuevos Tiempos, Madrid, 2010;
The Plague of Doves, Louise Erdrich, Harper Collins, Nueva York, 2008.

Sobre el diseñador Archie Ferguson, podéis leer una entrevista en The Book Designers.

jueves, 11 de marzo de 2010

Diseño editorial: Lauren Panepinto



El diseño es de Lauren Panepinto, y el vídeo lo encontré en Caustic Cover Critic.

Tampoco hay que perderse a Jim Tierney explicando en su blog cómo realiza sus diseños de cubierta alternativos.